Más dudas que aclaraciones en el mensaje especial del Gobernador

El mensaje especial del gobernador Alejandro García Padilla sobre sus medidas para contrarrestar la degradación a “chatarra” del crédito gubernativo de Puerto Rico y sus consecuencias para el país levantaron más dudas que aclaraciones. Sus medidas propuestas para subsanar a corto y mediano plazo y solucionar a largo plazo la crisis fiscal no fueron persuasivas ni convincentes.

No aclaró que concreta y ciertamente piensa hacer a corto plazo más allá de una reducción de $170 millones en el próximo presupuesto, el cual— dijo— no dependa de préstamos para cuadrarse y de que esto implicará no abrir más plazas; reducir 10% adicional a la nómina de empleados de confianza; bajar 10% más al costo de servicios profesionales y recortar el presupuesto a todas las dependencias públicas.

Muy bien. A corto plazo y de manera inmediata esto puede lograr los ahorros que hagan posible la reducción de $170 millones en el próximo presupuesto. Sin embargo, no son suficientes para atajar el grave problema deficitario del fisco.

Aparte de eso, las demás propuestas suyas son sumamente difusas. Establecer “una nueva estructura contributiva” que ponga todos los sectores a pagar y que a la vez que promueva el desarrollo económico, simultáneamente con una reevaluación del IVU “para ponderar si es la mejor alternativa para todos, tomando en cuenta la deuda emitida contra esa fuente”, implica que hay todavía un trecho largo por recorrer y mucho que explicar.

Conforme a como él mismo aseguró en su mensaje, esto se logrará con estudios. Estudios que, según el mandatario, ya están en curso, pero cuyos resultados no pueden imponerse a la trágala. Esto requiere todo un proceso de legislación y sus consiguientes vistas públicas en la Legislatura. O sea, que podría tomar años, por lo que implica, a menos que tenga en mente aprobarlo de manera festinada, como lo hizo con la reforma al retiro magisterial.

Anunciar que su administración gubernativa está en vías de renegociar los préstamos que, debido a la degradación, tiene que pagar antes de lo esperado y que se siguen sopesando alternativas de financiamiento sin detallar las condiciones aceptables para esa renegociación de los pagos que la degradación del crédito público precipitan de manera inmediata, acorde con lo pactado contractualmente, deja en el aire muchas dudas y cuestionamientos.

Dudas que también quedan al no despejar tampoco el rumor de que se dispone a negociar un empréstito con la banca privada para el cual mediarían intereses usureros a los fines de insuflar liquidez al Gobierno.

Nada. Que el mensaje especial del Gobernador no estuvo a la altura del que se esperaría de un hombre de Estado en control de la situación.