Chávez se inscribirá el lunes, convoca a concentración.
El candidato de la oposición venezolana, Henrique Capriles, encabezará el domingo una marcha para inscribir su candidatura a las elecciones presidenciales de octubre, en las que busca sacar del poder luego de 13 años a un Hugo Chávez enfermo de cáncer.
Impulsado por unas primarias en las que participaron más de 3 millones de personas, muchas más de lo esperado, Capriles medirá por primera vez su poder de convocatoria en la calle con los seguidores del presidente Chávez, quien llamó a una concentración el lunes para anotar su candidatura y entregar su plan de Gobierno.
“El domingo será la verdadera encuesta nacional. Estos eventos mostrarán una comparación real, una encuesta nacional”, dijo el viernes Leopoldo López, coordinador del comando de campaña de Capriles.
La agencia Reuters dijo que Capriles acaba de finalizar una ronda de visitas casa por casa a todos los rincones del territorio venezolano que lo mostró fuerte y enérgico, mientras Chávez iba y venía de Cuba para someterse a un tratamiento por el cáncer que padece y que lo ha forzado a disminuir su habitualmente frenético ritmo de gestión.
Sin embargo, el candidato tiene una dura batalla por delante. La mayoría de estudios de intención de voto le otorga a Chávez, quien lleva un año luchando contra el cáncer, al menos 15 puntos de ventaja sobre Capriles, aunque algunas firmas aseguran que la carrera va cabeza a cabeza.
La oposición afirma que por primera vez desde 1998 tiene una oportunidad real de vencer, mientras el oficialismo proyecta que su ventaja es irreversible a cuatro meses de los comicios.
Custodiados por más de 5,000 efectivos policiales, los seguidores de Capriles se concentrarán el domingo en nueve puntos de la ciudad para caminar hacia la sede del Consejo Nacional Electoral, donde el candidato se inscribirá para competir en las presidenciales.
Las marchas prometen servir de termómetro del apoyo a ambos candidatos en medio del precalentamiento de la campaña electoral, que formalmente arranca en julio, y de la polarización de la opinión pública.
“A la marcha de Henrique puede venir quien quiera, pero no estamos pagando autobuses para traer a la gente del interior. No tenemos dinero para eso”, dijo a Reuters un miembro del comando opositor, quien prefirió mantenerse en el anonimato por no estar autorizado para declarar.
Las enormes manifestaciones callejeras del oficialismo -la última de ellas el 1 de mayo en ausencia de Chávez- suelen tener como trasfondo la contratación de cientos de autobuses que movilizan a los seguidores del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) desde diferentes regiones del país.
Capriles ha desdeñado en varias ocasiones los sondeos, argumentando que ninguna encuestadora ha apostado al triunfo de la oposición en los últimos años, que frenó la primera propuesta de Chávez para la reforma de la Constitución en el 2007 y obtuvo 51 por ciento del voto popular en las parlamentarias del 2010.
Pero el oficialismo da la batalla por ganada, pese a los constantes llamados del líder a no caer en triunfalismo.
“No subestimemos al adversario. Vamos a ganar por nocaut, pero hay que trabajar (…) Vienen cuatro meses intensos donde tenemos que batirnos para combatir a la burguesía”, dijo Chávez.
El rotundo triunfo de Capriles en las primarias de la oposición en febrero, combinado con el deterioro de la salud de Chávez, quien sacudió al país meses atrás al confirmar una recurrencia de la enfermedad, dibujaron el mejor escenario para la oposición desde que el líder socialista llegó al poder.
Además, una crisis de viviendas, recurrentes fallas en los servicios públicos, el agobiante costo de la vida y la criminalidad le habían restado puntos a la aprobación de la gestión del mandatario hasta el año pasado.
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