En ambos casos, los encargados de seguridad estimaron que Omar J. González no constituía una amenaza antes de su incursión ilegal, se informó.
Agentes del Servicio Secreto en Virginia y Washington entrevistaron dos veces a principios de este verano a un veterano del ejército acusado de traspasar al recinto de la Casa Blanca durante el fin de semana.
En ambos casos, según un funcionario que pidió no ser identificado, el Servicio Secreto concluyó que no había pruebas que Omar J. González era una amenaza a la seguridad.
Los agentes entrevistaron a González después de que fue arrestado durante una parada de tráfico en el suroeste de Virginia, en julio. González tenía una escopeta recortada ilegal y un mapa de Washington dentro de una Biblia con un círculo alrededor de la Casa Blanca, otros monumentos y lugares para acampar. Los efectivos incautaron un alijo de otras armas y municiones encontradas durante la búsqueda del auto de González después de su detención.
Posteriormente, agentes en Washington hablaron con él de nuevo a finales de agosto después de que González fue encontrado cerca de una valla de la Casa Blanca con una pequeña hacha en su cinturón.
El funcionario dijo que los agentes de Washington estaban al tanto de la entrevista anterior, cuando hablaron con González en agosto, añadiendo que el Servicio Secreto no consideró a González una amenaza hasta que escaló la cerca de la Casa Blanca la noche del viernes.
La directora del Servicio Secreto Julia Pierson ha ordenado una investigación de lo sucedido cuando González rompió la línea de la cerca y era capaz de correr a través de una puerta abierta a la Casa Blanca.
Se espera que testifique sobre la brecha de seguridad la próxima semana antes de que el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes.
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