La reacción de la gente en la calle al conocer el resultado de la más reciente encuesta del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos es que el país no puede seguir como va.
En apenas un año, Puerto Rico ha perdido 40,800 empleos: 18,300 en el sector privado y 22,500 en el gubernativo. La fuerza laboral productiva se redujo en noviembre de este año a 897,700 trabajadores, una reducción de 4.3%, en comparación con el mismo mes del pasado año. Con la reforma de retiro, se proyecta que muchos miembros de la fuerza magisterial que son completamente bilingües terminarán emigrando a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y condiciones de trabajo.
Mientras en el sector gubernamental el empleo se contrajo de 262,000 a 239,500 en un período de un año (de noviembrte de 2012 a noviembre de 2013), en el sector privado la pérdica de empleo fue del 3%, cuando en ese mismo lapso bajó a 658,200 el mes pasado, de 676,500 empleos que habían en noviembre de 2012.
Según esta última encuesta por sectores de la economía del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, el empleo decrece en todos los sectores de la economía de Puerto Rico, excepto en los hoteles y restaurantes, donde se crearon 800 nuevos puestos de trabajo. La manufactura perdió 2,500 empleos; comercio y transportación, 2,100, de los cuales 1,100 fueran de comercio al detal. El sector de servicios profesionales y comerciales contrajo su fuerza laboral en 4,400 puestos de trabajo y en el de los servicios educativos y de salud, la reducción fue de 2,400.
Lo que parece ser un axioma económico que cobra cada vez más veracidad es que un país que camina por aguas económicas procelosas como Puerto Rico no debe seguir aplicando severas políticas de ajuste económicas y fiscales como se ha venido haciendo. El efecto de ello ha demostrado ser, según las estadísticas oficiales y de otros analistas, una agudización del problema recesivo de la economía, que en Puerto Rico tiene característica ya de una depresión económica.
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