Yo creo que cuando Mayra Santos Febres pregona a los cuatro vientos la “invisibilidad de la literatura puertorriqueña”, lo que hace es batir un buen argumento ante los legisladores no conocedores de nuestra realidad literaria y cultural, para “fabricar la necesidad” de la urgente aprobación de un subsidio gubernamental.
Este subsidio, o en este caso la Ley (P del S 409) que le propone el Senador Ramón Luis Nieves con el apoyo de Fas Alzamora, le permitirá producir y manejar su empresa del Festival de la Palabra, en la que ella invierte muchos miles en traer a la Isla a escritores a quienes ella siente la obligación de producirles esa “visibilidad”. Y de paso hacer visible su propia obra y la de sus amigos.
En sustancia, ES PARA ESTOS ESCRITORES A QUIENES ELLA TRAE, para quienes nuestra literatura es “invisible” y ellos nos harán el “favor” de hacerla “visible”, previo pago.
Es un argumento muy sospechoso ese, porque nadie sabe COMO SE MIDE y DESDE DÓNDE SE CUALIFICA esa “invisibilidad”.
Interesante saber y preguntar, ¿para “quiénes” es que somos “invisibles” como escritores? ¿Quiénes son los que nos van a decir, desde afuera, si somos “invisibles” o no y qué autoridad tienen para hacerlo y a qué géneros literarios se le adjudica esa “invisibilidad”?, porque ciertamente lo que es “invisible” en la narrativa, a lo mejor no lo es en la dramaturgia o en la poesía.
Creo que el argumento de la “invisibilidad de nuestra literatura” en el exterior es baladí y utilitario.
O sea… es útil para pedir subsidios para ferias y viajes.
Gracias, Chomsky.
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