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En Cuba ¡nunca más!

Luego de los eventos del Holocausto, cuando 13 millones de personas, entre ellas 6 millones de judíos, fueron muertas en campos de concentración y exterminio por los Nazis, el Mundo dijo: “¡Nunca más!” Nunca más los gobiernos democráticos ni tampoco los ciudadanos y ciudadanas libres, podrían permanecer quietos y callados ante las violaciones de derechos humanos que ocurran en otros países. Por esta razón se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El Senado de Puerto Rico se ha comprometido con la lucha por estos derechos, porque el sistema democrático es fundamental para la vida de la comunidad puertorriqueña. Como Senadora, como mujer, creo que la libertad individual es esencial. También creo que cada pueblo merece vivir libremente en una sociedad democrática. El pueblo de Cuba merece vivir en libertad y democracia

Wilman Villar Mendoza fue arrestado en Santiago de Cuba, juzgado sin ningún tipo de garantía procesal para su defensa, y condenado a cuatro años a una prisión de máxima seguridad famosa por su brutalidad. Esto llevó a este joven a declararse en huelga de hambre como un último recurso en busca de justicia. Ante la creciente notoriedad de su caso, lo sometieron a confinamiento solitario.

En ese calabozo, fue obligado a convivir con sabandijas. Estuvo expuesto a contaminación con hongos, bacterias y viruses producto de la humedad, pobre ventilación y la falta de facilidades sanitarias. Bajo estas condiciones infrahumanas y sin atención médica, Wilman enfermó. Agonizante, fue llevado a un hospital donde no recibió la adecuada atención médica y se le impedía a su esposa el libre acceso. Al morir, dio su vida por la libertad y sin claudicar en sus ideales.

La trágica muerte del disidente cubano Wilman debe dejar claro que el pueblo cubano busca la libertad y que para conseguir esa libertad son cada vez más los cubanos y cubanas que desafían a un régimen represivo.

El pueblo cubano aspira a la libertad. La prueba es que el régimen ha aumentado su represión al punto que en el 2011 se produjeron, según organismos internacionales de defensa de los derechos humanos, más de 4,000 detenciones políticas en Cuba. La oposición interna en Cuba es llevada a cabo, en su mayoría, por hombres y mujeres jóvenes de menos de 50 años, nacidos todos dentro del régimen que la familia Castro ha impuesto en Cuba. En esa lucha, la mujer cubana lleva un papel protagónico porque nadie como la mujer para tener esa sensibilidad única con los que sufren.

La oposición interna en Cuba merece todo el apoyo por parte de los hombres y mujeres verdaderamente libres del Mundo. El activismo opositor cubano promueve el cambio político pacífico y defiende la dignidad del ciudadano común frente a la clase privilegiada del Partido Comunista de Cuba. Muchos de estos activistas, especialmente las Damas de Blanco, demuestran una gran religiosidad cristiana y por lo tanto actúan de conformidad con la palabra y acción de Jesús al momento de llevar su mensaje.

Sin embargo, el gobierno cubano somete a estos activistas a arresto domiciliario arbitrario y a otras restricciones para impedirles llevar a cabo actividades legítimas y pacíficas. El régimen cubano niega la salida a toda persona que pueda ir a un foro internacional a divulgar sus experiencias en la hermana isla.

En Cuba, la Ley vigente limita o prohíbe los derechos y libertades consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en las constituciones de los países verdaderamente democráticos. Se procesa criminalmente la disidencia expresada mediante la palabra, la escritura y la reunión, en privado o en un lugar público, para intercambiar ideas o expresarlas a otros. Para los hermanos Castro, manifestarse en contra del hambre y la miseria es un crimen. También es un crimen criticar los privilegios otorgados a una clase privilegiada.

Para ese “delito político”, por expresar lo que se piensa, hay procesos judiciales, penas y cárceles especiales así como un cuerpo paramilitar, el Departamento de la Seguridad del Estado, encargado de suprimir esas actividades.

El Departamento de la Seguridad del Estado es un cuerpo que no tiene función de una verdadera policía. Su labor no es perseguir el crimen. Su función es acallar las voces que reclaman respeto a la vida humana, que reclaman una mejor calidad de vida, que reclaman que haya pan y oportunidades para todos.

Las muertes de Wilman Villar, Oscar Zapata Tamayo, Juan Wilfredo Soto García, y de la fundadora y líder de las “Damas de Blanco”, Laura Pollán, apuntan también a un alarmante patrón: Los opositores son encarcelados, sometidos a condiciones infrahumanas, y al enfermarse le son negadas la atención médica adecuada e inmediata, son transferidos a hospitales en etapa agonizante, donde mueren. Eso se ha repetido caso tras caso. Recientemente se arrestó a un grupo de opositores, y también se les negó los medicamentos.

Dicha práctica ha sido clasificada como ejecuciones extrajudiciales por la vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo. Ciertamente, una investigación al amparo de las leyes internacionales en contra de los crímenes contra el género humano sería un lógico próximo paso.

El Senado de Puerto Rico, a nombre de los hombres y mujeres libres de esta isla, ha unido su voz a las condenas desde Europa y Chile, la condena por parte del gobierno federal de los Estados Unidos así como de Amnistía Internacional por esta muerte del joven Wilman Villar Mendoza, y nos solidarizamos con su viuda, la Dama de Blanco, Maritza Pelegrino. Nos unimos así mismo, a los reclamos por una investigación independiente internacional acerca de las muertes de presos por conciencia, a que se detengan las agresiones físicas contra las “Damas de Blanco” y otros activistas de derechos humanos y disidentes políticos y que se inicie un dialogo supervisado por la comunidad internacional entre la oposición política y el gobierno cubano

Como parte de un cuerpo legislativo me siento comprometida a utilizar el poder político que nos confiere la democracia para reclamar a nivel internacional que se investigue la situación de derechos humanos que han provocado la muerte de presos por conciencia en las cárceles cubanas. Los miembros de cuerpos legislativos en todo el Mundo deberíamos utilizar la fuerza moral que confiere la democracia para que, a nivel internacional, se presione al gobierno cubano a limitar el poder o abolir el Departamento de la Seguridad del Estado quien ha sido responsabilizado de instigar y coordinar las agresiones contra los activistas de derechos humanos y de provocar la muerte de presos por conciencia en las cárceles cubanas.

Mi compromiso como Senadora ha sido siempre velar por los más altos ideales humanitarios. No podemos tomar ninguna medida que legitimice o apoye una dictadura como la que impera en Cuba. Me comprometo con presentar y apoyar legislación que vaya encaminada a despertar conciencia para lograr una Cuba donde el poder del estado emane de la voluntad libremente expresada por el pueblo y que los derechos humanos rijan el orden político, jurídico y social.

Somos una comunidad global y estamos obligados moralmente a salvaguardar los derechos humanos, no solo en nuestra sociedad sino también en otros países. De la misma forma que estamos llamados a trabajar por una mejor comunidad para así tener una mejor calidad de vida, nuestro Mundo necesita que, para mejorarlo, trabajemos por lograr que prevalezca el respeto por los derechos humanos.

Margarita Nolasco-Santiago es Senadora por Acumulación por el Partido Nuevo Progresista y fue vice-presidenta del Senado de Puerto Rico. Se ha desempeñado como maestra de escuela y profesora universitaria y sirvió como alcaldesa del municipio de Coamo.

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