Por: Francisco Ramírez.
El debate republicano del sábado noche en Iowa apareció en las pantallas de televisión veinticuatro días antes de que que se celebre la primera cita en las urnas de las primarias electorales del Partido Republicano. Lo que salga del primer caucus en Iowa el próximo 3 de enero marcará lo que después ocurra en otros estados como New Hampshire, Carolina del Sur o Florida, estados claves para los posteriores y para la elección del nominado a presidente por el GOP.
El debate de anoche tenía puesta la mirada en Newt Gingrich y Mitt Romney, líderes en las encuestas. Gingrich está siendo objeto de todo tipo de ataques por parte no sólo del Partido Demócrata sino también de elementos dentro del propio Partido Republicano. Este debate encarnaba así la lucha que hoy sostienen dos grupos en la derecha norteamericana: el oficialista del establishment del GOP, que apoya veladamente al moderado Mitt Romney; y el del pueblo votante de a pie que está más a favor de un candidato conservador como Newt Gingrich. El debate de anoche despejó las dudas de lo que las encuestas van mostrando: que mientras Newt Gingrich sube, Mitt Romney baja. Ayer todos fueron contra Gingrich pero éste volvió a mostrar ideas y respuestas contundentes. Mientras Mitt Romney le hacía una apuesta a Rick Perry de 10.000 dólares y los norteamericanos se preguntaban quién en su sano juicio y como está la economía se puede permitir esa cantidad de dinero…. Newt Gingrich repondía a todos y cada uno de los ataques con conocimiento y solidez.
Pocos dudan ya que Gingrich ha sido el mejor candidato en todos los debates, incluso desde cuando el pasado verano nadie daba un duro por su candidatura. Pocos dudan también de que Gingrich dio este sábado noche un golpe de mano en la campaña y que su figura crece como la de un más que posible ganador en Iowa y, quizá al margen de New Hampshire, de otros tantos estados más.
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