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Peruanos cada vez más preocupados por su seguridad

La inseguridad en la capital peruana ha empezado a impactar en la calidad de vida de los ciudadanos, según el Informe Técnico de Seguridad Ciudadana 2013 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

La percepción de inseguridad en Lima es del 89%, según la encuesta entrevistó a 33,000 familias de todo el Perú y se dio a conocer en diciembre de 2013. En 2012, la cifra llegó al 86,7%.

“Los limeños creen que la ciudad es peligrosa por los robos que les ocurren y por lo que ven en la prensa [sobre estos delitos]. Las cifras revelan que sí hay robos, pero que el miedo es mayor que la victimización”, dijo Mariana Alegre Escorza, coordinadora de la ONG Lima Cómo Vamos, que monitorea temas de la sociedad civil.

Asimismo, el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2018 de la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior señala entre los principales efectos de la inseguridad ciudadana en Perú la corrupción y dificultades en el desarrollo del país.

“El temor, a su vez, impide la plena vigencia de los derechos humanos y deteriora la calidad de vida de los ciudadanos”, agrega el documento.

Según el INEI, entre enero y septiembre de 2013 se registraron 93,658 denuncias policiales de delitos cometidos en Lima.

Enrejados y vigilados

La noche del 15 de noviembre, Fabiola Vásquez Ugarte, una ingeniera de 42 años, fue asaltada por tres delincuentes en la puerta de su casa, quienes la golpearon para luego huir en un auto con su cartera y 1,400 soles peruanos (US$500).

“El shock del asalto se convirtió en miedo, que me duró varias semanas. Obviamente no quería ni salir de mi casa”, relató Vásquez. “Hasta que no aguanté más, decidí hacer un esfuerzo económico y mudarme a un distrito más seguro”.

Vásquez pasó así de alquilar un departamento en el populoso distrito de Carabayllo, al norte del área metropolitana de Lima, a otro departamento en la comuna de San Borja, al sur de la capital.

“De alguna manera camino más segura ahora en mi nuevo vecindario. Al menos no siento la paranoia de que me van a asaltar”, agregó.

Pero son las rejas de seguridad en las calles de Lima las medidas de seguridad más llamativas en el intento por resguardarse de la delincuencia.

Hoy existen 1,263 rejas instaladas en las calles de Lima, creando comunidades cerradas que dificultan el libre tránsito de vehículos y peatones, según la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC).

Pero su efectividad puede tener un costo social, según Mariana Alegre.

“Los elementos de segregación o de seguridad [como rejas y cámaras] pueden tener un efecto disuasivo y preventivo y, si se monitorean adecuadamente, son útiles para identificar y sancionar a los delincuentes, pero ¿a costa de qué? De nuestra confianza entre ciudadanos y de nuestra privacidad”, dijo.

Alegre agregó que el miedo es un factor que complejiza aún más la problemática de la inseguridad.

“Las personas tienen cada vez más miedo y vivir con miedo no permite gozar de una buena calidad de vida. Los planes y proyectos de vida se truncan. Los ciudadanos cambian sus recorridos, sus acciones, aumentan los prejuicios y la tolerancia y la convivencia se ven perjudicados”, dijo.

Asimismo, las empresas contratan servicios de vigilancia particular y sistemas electrónicos de alarmas y monitoreo por cámaras, según Rafael Roca, gerente general de la empresa de seguridad privada Seguroc.

Este mercado mueve cifras superiores a los $400 millones de dólares en Perú al año, “y viene creciendo entre 5 y 7% anual”, dijo Roca a la prensa.

Por los equipos de videovigilancia con dos cámaras y un sistema de alarmas interconectado a una central de emergencias, una empresa puede pagar unos 1,500 soles (US$535), con una mensualidad de 120 soles (US$42).

Cultura cívica y crecimiento económico

A Ana María Watson, directora de la ONG Instituto de Seguridad y Derechos Humanos, le preocupa que muchos ciudadanos adquieran armas de fuego para defenderse de la delincuencia.

Actualmente existen 320,876 armas con licencias vigentes y vencidas en Perú, según la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec).

Sin embargo, solo en 2013 se declararon 1,767 armas como robadas o perdidas, las que se agregan a las 180,000 armas que circulan sin control en el país y estarían en manos de los delincuentes, según Sucamec.

Para atacar el problema, el ministro del Interior, Walter Albán, dijo en enero que 15,000 policías trabajarán a tiempo completo para reforzar la seguridad ciudadana en todo el país.

Además, se eliminará el sistema 24×24 (un día de trabajo y al día siguiente de franco o trabajando para privados), con la finalidad de que los policías trabajen exclusivamente para la institución policial y al servicio de la ciudadanía.

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