Siria se excusa tras derribar avión de Turquía

Un portavoz sirio negó intenciones hostiles y declaró que minutos después de que la aeronave fue derribada se dieron cuenta que pertenecía a Turquía.

Tras el fatal incidente del pasado viernes en el que las fuerzas del gobierno sirio derribaron un avión cazabombardero turco, las relaciones Ankara-Damasco se tornan más tensas.

Yihad Makdessi, portavoz de la cancillería siria, negó haber derribado el avión con intenciones hostiles hacia Turquía y advirtió que el acto se produjo en legítima defensa de su espacio aéreo.

Makdessi, aseguró que el avión fue derribado por haber violado el espacio sirio, ya que se encontraba a solo 300 pies de altura sobre el mar y fue muy fácil verlo. Sin embargo, señaló que se trató de un accidente, ya que la presunta ‘ofensiva’ se realizó con armas de corto alcance.

“Fue una agresión clara de Turquía del espacio aéreo de Siria, según la legislación internacional, sin importar que fuera un vuelo de entrenamiento o no”, dijo el portavoz a la agencia siria de noticias SANA.

Por su parte, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, declaró que su avión fue derribado por Siria a 13 millas de la costa de ese país y solicitó una reunión con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el consejo de seguridad de la ONU, para denunciar a Damasco, por derribar uno de sus aviones de cazas militares.

“Este ataque en el espacio aéreo internacional, que podría haber causado la muerte de dos pilotos turcos, es un acto hostil de parte de las autoridades sirias contra la seguridad nacional de Turquía”, indica la carta mediante la cual Turquía convocó al encuentro.

Por su parte, la Unión Europea, manifestó su posición al respecto y señaló la necesidad de investigar el incidente a profundidad, por lo cual pidió a Siria a través de un comunicado que garantice el acceso a las autoridades turcas para esclarecer los hechos.

Igualmente, hizo un llamado a Rusia y a China para aumentar la presión sobre el régimen de Bashar al-Asad y reclamó sanciones conformes al Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.