Carlos Fuentes y Puerto Rico

Carlos Fuentes fue un latinoamericano universal; de esos que le dan sombra y vida al mundo con raíz y tronco en la tierra de Bolívar, Hidalgo y Martí.

Como literato y pensador ha sido reconocido en todas las regiones transparentes de este mundo y lo será más aún en el futuro. Podría decirse de él en palabras del Eclesiastés: “Yo, pues, dediqué mi corazón a conocer sabiduría”

Otros exaltarán sus méritos como hombre de letras y de bien. Yo quiero dirigirme en homenaje suyo a una región igualmente clara pero para muchos menos conocida de su pensamiento: su amor y respeto a Puerto Rico como pueblo latinoamericano y su solidaridad con la lucha por nuestra libertad.

El 30 de marzo del 2010 dijo: “lo que nosotros queremos, América Latina, es un Puerto Rico independiente, que sea parte de nuestra comunidad”. Unía así su voz al reclamo, casi desapercibido para la mayoría de los puertorriqueños, de los más prominentes escritores latinoamericanos: Gabriel García Márquez, Ernesto Sábato, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Carlos Monsiváis, Fray Betto, Leonardo Boff, Thiago de Mello, Pablo Armando Fernández y Jorge Enrique Adoum.

Todos estos grandes dejaban a un lado diferencias coyunturales o ideológicas y se unían en su reclamo de principio por la independencia de Puerto Rico como parte de la gran patria latinoamericana. Pertenecen en palabras de Ángel Rama, “al grupo de quienes creen que las culturas son las más altas expresiones de un pueblo porque es en ellas donde se juega a fondo la verdad de lo que un pueblo realmente quiere y es”

Compartí extensamente con Carlos Fuentes en diversas ocasiones, tanto aquí como en el extranjero. Su palabra al igual que sus escritos daban fe de su apego a la democracia y a nuestra América sin asomo de chauvinismo anti norteamericano. Al contrario reconocía las grandes aportaciones del pueblo de los Estados Unidos al tiempo que señalaba las limitaciones de algunos de sus dirigentes respecto a la América Latina. Criticaba a los suyos por sus defectos al igual que lo hacía con Estados Unidos y Europa.

La última vez lo vi en Nueva York. Hablamos de muchas cosas pero sobre todo del futuro de Puerto Rico y nuestra América y de la comunidad latinoamericana en los Estados Unidos.

Lo había conocido décadas atrás. Recuerdo con cariño la noche que lo recibí en mi hogar. Llegó junto a Luce López Baralt, Arturo Echavarría y Luis Rafael Sánchez, glorias nuestras quienes tanto quisieron a su amigo y a quienes él tanto quería y respetaba.

No debe extrañar que fueran estos mismos tres puertorriqueños los invitados en marzo del presente año a dictar conferencias en la Universidad Veracruzana de Xalapa sobre un tema seleccionado por el mismo Carlos Fuentes, sin duda muy a propósito, “Puerto Rico en América Latina” Allí Carlos Fuentes resumió de forma precisa y magistral algo a lo que he aludido en este escrito: “No hay globalidad que sirva, sin localidad que valga”.

Carlos Fuentes estaba más que consciente al igual que Rama de que “los asuntos claves de cualquier nación son los espirituales o culturales que le confieren identidad y coherencia, las vivencias profundas que constituyen el fundamento secular de la construcción histórica”. Por eso, a raíz de Xalapa, el mejicano como sólo un gran literato sabe hacerlo, resaltó lo que es la fuente de su pensamiento sobre Puerto Rico: “Hay un hecho cultural sobresaliente, Puerto Rico escribe, educa y dice palabras de amor y mentadas de madre en español”.

¡Qué honor para nosotros los puertorriqueños y para la grandeza continental de Carlos Fuentes que le haya dedicado una de sus últimas iniciativas culturales a recordarle al mundo que Puerto Rico es latinoamericano!