El Salvador: El narcomenudeo está en manos de las pandillas

Las autoridades han detectado rutas de abastecimiento desde Sudamérica, donde las maras guatemaltecas brindan apoyo logístico para hacerlas llegar a El Salvador.

Fran Reinaldo Campos, técnico del laboratorio de la División Antinarcóticos (DAN) de la Policía Nacional Civil (PNC), ordena plantas de marihuana que se han decomisado a pandilleros en los diferentes operativos y visitas de campo en El Salvador.

Las pandillas han tomado el control del narcomenudeo salvadoreño, desplazando a los antiguos vendedores, convirtiéndolos en sus empleados y extendiéndose al narcotráfico internacional.

“La mayoría [de las maras] se dedican a la extorsión y al robo como fuente de ingresos, pero ahora están mutando al narcotráfico y se dedican a la distribución de la droga para obtener aún más dinero”, dijo el comisionado Mauricio Ramírez Landaverde, director general de la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador.

La PNC sostiene que esta mutación pandilleril obedece a una nueva estrategia para recolectar más dinero y seguir financiando sus actividades delictivas.

“Hemos confirmado la participación de pandilleros en la movilización de cantidades de droga que no son para el detalle”, explicó el comisionado Marco Tulio Lima, jefe de la DAN, el 30 de junio. “Esas cantidades los convierten en pequeños, medianos y grandes distribuidores internos de drogas”.

Las mayores ganancias las obtienen de la distribución y venta de marihuana. En menor medida comercializan cocaína, heroína y crack. La PNC ha verificado que los pandilleros distribuyen esta droga al interior de escuelas, restaurantes y zonas turísticas.

Lima detalló que la droga comercializada proviene de Ecuador. Los cargamentos arriban a Guatemala y luego son enviados a El Salvador. En estos viajes, la pandilla salvadoreña recibe apoyo de sus similares guatemaltecos y cuando la mercancía tocar suelo salvadoreño, emplean a los antiguos menudistas para la distribución.

“[Los pandilleros] gradualmente se han ido separando de los grupos [del crimen organizado] y formando sus propias estructuras. Son un peligro muy grande, similar a lo que ocurre en otros lados con las guerras entre los carteles”, indicó Lima.

Estos enfrentamientos por el control de territorios y rutas de narcotráfico están provocando la mayoría de muertes violentas en Centroamérica, según el Informe Global de Homicidios 2013 de la Oficina de las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC).

La DAN no tiene cifras sobre cuántos homicidios están relacionados al narcotráfico de las pandillas, pero sostiene que buena parte de los asesinatos atribuidos a maras están relacionados con disputas de zonas para vender drogas y extorsionar microempresarios.

De enero a junio de 2014 se han registrado 1,838 homicidios en El Salvador. En el mismo período del año pasado se contabilizaron 1,517 asesinatos.

La DAN estima que actualmente estos grupos están moviendo en promedio entre 90 kilos y 137 kilos de marihuana cada mes. Prueba de ello, el 26 de mayo detuvieron a dos jóvenes ligados a la Mara Salvatrucha (MS-13) con 300 libras (137 kilos) de marihuana en la frontera norte con Honduras. La droga fue avaluada en $157,000 dólares.

También se han desarticulado estructuras pandilleriles ligadas al narcotráfico en los municipios de Atiquizaya y Turín, en el departamento de Sonsonate. Otras más en los departamentos de Chalatenango y La Unión.

Entre enero y junio de 2014, la policía le decomisó a las pandillas 209 kilos de marihuana, 116 gramos de cocaína y 143 gramos de crack, todo avaluado en $247,000 dólares. Entre enero y junio de 2013, a las pandillas se les incautó 71 kilos de marihuana, 100 gramos de cocaína y 130 gramos de crack, todo equivalente a $86,700 dólares.

A nivel nacional, entre enero y junio de 2014 se incautaron 680 kilos de marihuana, 25 kilos de cocaína, 400 gramos de heroína, 2 kilos de crack y 1.063 plantas de marihuana, todo avaluado en cerca de US$1,5 millón.

En el mismo período de 2013, en el país se decomisaron 435 kilos de marihuana, 395 kilos de cocaína, 400 gramos de heroína y 50 kilos de crack, equivalente a $10.4 millones de dólares.

En diversos operativos realizados durante los primeros seis meses de 2014 se capturaron a 42 jefes de grupos de distribuidores, 594 integrantes de la MS-13, 288 de Barrio 18 y seis de otras maras. En el mismo período de 2013 se detuvieron a 38 jefes de grupos de distribuidores, 458 miembros de la MS-13, 190 del Barrio 18 y 10 de otras pandillas.

La DAN también desarrolla operativos sorpresa en las fronteras, intercambio de información con equipos policiales de investigación de la región, acercamiento a las escuelas y fortalecimiento de la Unidad Canina Antinarcotráfico (UCA) de la PNC.

“En las fronteras mantenemos una actividad constante de revisión de todo tipo de transporte público y privado, vehículos de carga, contenedores, aeronaves y equipajes. Todos ingresan a un lugar especial donde son escaneados minuciosamente y revisados con los perros antinarcóticos”, dijo Lima.

En materia preventiva, la policía lleva a cabo el programa educativo “Yo elijo vivir sin drogas”, en donde participan 150 directores de centros escolares, 500 profesores y 280 líderes de la Asociación Scout de El Salvador.

“Estamos incrementando la prevención y orientación con los jóvenes en las escuelas a través de charlas y capacitaciones. Hemos llegado a 15.000 estudiantes con esta estrategia. Todas estas acciones buscan proteger a nuestros jóvenes, las escuelas y sus alrededores”, añadió Lima.

Adicionalmente, se está trabajando en una propuesta legal para que las unidades regionales de la Fiscalía General de la República (FGR) puedan investigar casos de comercialización de drogas, tanto a nivel de narcomenudeo como de microtráfico.

Para el criminólogo salvadoreño Carlos Ponce, es clave que las autoridades debiliten la influencia y el amplio control territorial que ejercen las pandillas, su capacidad de organización, su creciente relación con organizaciones criminales más sofisticadas dedicadas al trasiego de drogas y su progresiva incursión en la distribución y venta local de narcóticos.

“Estos son algunos de los elementos clave que las autoridades deben de atacar para detener el rumbo que actualmente llevan las pandillas y, de esa forma, evitar que hereden y controlen el negocio de contrabando de narcóticos”, finalizó Ponce.