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Viajando a Disney con la nevera vacía

¿Qué pensaría de un padre que gasta el dinero familiar y toma prestado para darle a sus hijos la alegría de visitar Walt Disney World mientras que su nevera está vacía? Irresponsable, ¿verdad? Es por eso que se me hace difícil justificar que el gobierno gaste millones de dólares en servicios “necesarios” mientras esclaviza al pueblo con más cargas contributivas.

Cuando se habla de despilfarro de fondos públicos la atención casi automáticamente se mueve a los contratos de publicidad, a los de asesoría y de cabildeo. Pero, apuesto a que usted no sabe que el gobierno ha contratado por más de $873,000 dólares para obras de arte o que se han “invertido” $100,000 dólares el presente año fiscal para servicios de floristería.

Lo triste del caso es que hay otros gastos que son muchos mayores, que sobrepasan los cientos de millones de dólares y me refiero a los beneficios de los que gozan los empleados del gobierno. Los empleados del gobierno gozan de dádivas y beneficios que nosotros, los que trabajamos en la empresa privada ni siquiera podemos soñar con tener.

Nosotros, los que supuestamente somos los jefes del gobierno; a los que los servidores públicos están supuestos a servir, pagamos cientos de millones de dólares en impuestos para que “nuestros empleados” tengan lo que nosotros no tenemos. Cual padre que lleva a sus hijos a Disney con la hipoteca atrasada y la nevera vacía.

A mí me indigna especialmente escuchar a líderes sindicales haciendo un llamado a sus miembros a faltar al trabajo para agotar los días acumulados por enfermedad, “porque sólo le van a pagar 5 días del enfermito”. ¡Si es que no les deberían pagar ninguno! Los días por enfermedad se acumulan para que si el empleado sufre un quebranto de salud, se pueda ausentar de su trabajo sin perder sus ingresos mientras se recupera. Los días por enfermedad NO SON UN BONO POR ASISTENCIA.

Mientras los gobiernos azules y rojos nos ponen nuevas cargas contributivas que nos roban nuestro derecho a la prosperidad, nos impiden la capacidad de ahorrar e imposibilitan el que le dejemos una herencia a nuestros hijos; muchos empleados del gobierno recibirán un bono de verano, dizque para el “Back to School”.

Y le llaman bono porque suena lindo, pero un bono se supone que nazca de la evaluación de la producción de un empelado, no del afán de los políticos de comprar votos para mantenerse en el poder.

Usted, que apenas tiene para pagar sus gastos fijos mensuales, sepa que la solución no es coger un avión y mudarse a un Estado. La solución es quedarnos, unirnos y luchar.

Para escapar de la esclavitud en la que nos tienen sumidos tenemos que retomar nuestro rol de “jefes”, hacer escuchar nuestra voz, porque los que se benefician de estas dádivas están organizados y tienen voces que “defienden sus derechos”. Las uniones reclaman que no se les puede quitar beneficios a los empleados del gobierno porque afectaría su calidad de vida, pero pregunto, ¿no se está afectando la calidad de vida de millones de personas para mantener las dádivas y beneficios de alrededor de 120,000? ¿Y nosotros qué?

Al igual que un padre responsable le dice a sus hijos que las cosas no están para tennis caras ni para ir al cine todas las semanas, el pueblo tiene que decirle a éstos que actúan como niños que no hay para darles buena vida mientras los que pagamos “los billes” perdemos nuestras casas, nuestros negocios y nuestro futuro.

Tenemos que indignarnos y reclamarle a los que les pagamos sus cheques, a que no se otorguen privilegios que nosotros no tenemos. Que dejen de gastar el dinero que con tanto esfuerzo y sudor producimos. Y que dejen de actuar como el padre irresponsable que lleva a los nenes a Disney, con la nevera vacía.

José Manuel Hernández es el presidente y editor de TRIBUNA - Puerto Rico. Posee ocho años de experiencia en el campo de las noticias y más de una década de experiencia en asuntos políticos tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos.

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