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Pierluisi destaca desigualdad y falta de derechos de soldados boricuas

El Comisionado Residente en Washington, Pedro Pierluisi (PNP) reaccionó a la otorgación de la Medalla de Honor a varios soldados que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, y la Guerra de Vietnam entre los que se encuentran cuatro puertorriqueños, destacando la desigualdad de derechos que sufren los soldados boricuas a causa de la relación territorial de Puerto Rico con los Estados Unidos. A continuación las declaraciones de Pierluisi:

“Hoy, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le estará confiriendo la Medalla de Honor a 24 valientes soldados que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, y la Guerra de Vietnam. Entre ellos, cuatro puertorriqueños veteranos de la Guerra de Corea y de la Guerra de Vietnam recibirán póstumamente la condecoración militar más alta.

Félix Conde Falcón, Juan Negrón, Demensio Rivera y Miguel Vera se distinguieron por su valor, valentía y heroísmo por encima y más allá de su llamado al deber. Agradezco al Presidente Obama por reconocer el servicio militar de estos veteranos boricuas, quienes son un orgullo para nuestra Isla.

Me enorgullece que nuestros veteranos sean reconocidos por su heroísmo, aunque hayan pasado tantos años desde el servicio militar que les ganó este galardón, sus sacrificios en el campo de batalla no dejan de ser extraordinarios y de merecer nuestro homenaje.

Sin embargo, estas condecoraciones, al igual que tantas otras que han recibido muchos de los cientos de miles de puertorriqueños que han vestido el uniforme de las fuerzas armadas de Estados Unidos, no compensan la desigualdad y falta de derechos democráticos que todo veterano de Puerto Rico ha sufrido durante y después de su servicio a la nación americana.

Los puertorriqueños en el frente de batalla son iguales. Sirven con valentía hombro con hombro con sus compañeros de todos los estados. Van a tierras lejanas a defender la libertad y la democracia – los pilares en los que Estados Unidos se fundó y que se esfuerzan para garantizarle a ciudadanos de otros países. No obstante, al regresar a su patria no gozan de los derechos democráticos más fundamentales por los que han luchado y, demasiadas veces, dado sus vidas.

La democracia americana no puede considerarse culminada hasta que todos sus ciudadanos tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades. No podemos pedir a otras naciones que acojan la democracia cuando todos los ciudadanos americanos no gozan de igualdad.

En su discurso de inauguración el año pasado, el Presidente Obama dijo: “Afirmamos la promesa de nuestra democracia. Recordamos que lo que une a esta nación no son los colores de nuestra piel o los principios de nuestra fe o los orígenes de nuestros apellidos. Lo que nos hace excepcional – lo que nos hace americanos – es nuestra adhesión a una idea articulada en una declaración hace más de doscientos años: que todos los hombres somos creados iguales.”

Le afirmo a nuestro Presidente, un presidente por el cual ningún ciudadano americano residente de Puerto Rico pudo votar, incluyendo los miles de veteranos y militares en nuestra Isla, que hasta que los puertorriqueños no gocen de la igualdad esa idea articulada hace más de doscientos años no nos cobija a todos. El camino a lograr que esa afirmación pase de palabras a realidad todavía no está completo.

Y es que no estará completo hasta que los ciudadanos americanos que viven en Puerto Rico tengan los mismos derechos, responsabilidades y beneficios que los que tienen sus conciudadanos de los estados. Le digo a nuestro Presidente, y a todo el liderato congresional, que los 3.5 millones de ciudadanos americanos de Puerto Rico también reclaman la igualdad bajo la Constitución de Estados Unidos y no descansaremos hasta lograrla.

El Presidente Obama concluyó su mensaje diciendo: “Esa es la tarea de nuestra generación – lograr que estas palabras, estos valores que garantizan la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad sean reales para todos los americanos.”

Estamos totalmente de acuerdo con el Presidente y confiamos en que haga cumplir su palabra y acepte la tarea de que esos valores expresados al fundar nuestra nación sean reales también en Puerto Rico.”

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